lunes, 22 de abril de 2024

Por Alá

 Ahora que tanto se habla de memoria histórica -no conozco otra memoria que no sea histórica, la verdad- sería bueno hablar, si no de memoria, si al menos de historia, que nunca está de más conocerla para evitar,ya que parece que no repetirla, al menos no hacer el ridículo. Y así, hablando de historia y de recuerdos, podemos recordar la cara que se le quedó a la izquierda francesa, sobre todo a la comunista, cuando Stalin firmó con Hitler el pacto Molotov-Ribbentrop en 1939, de la misma forma que podemos recordar que a la OLP la liquidó Hamás, que a Arafat le envenenaron y que la Palestina de finales del siglo XX no tiene nada que ver con la de principios del siglo XXI.

Conviene recordarlo porque la cara de la izquierda francesa debió de ser parecida a la cara que se le ha quedado a la neoizquierda española cuando Irán ha atacado Israel. Al menos a mí se quedaría cara de lelo -la parte de a cara que no se me hubiera caído de la vergüenza, claro- pero como la neoizquierda española, entre otras cosas, aparte de desmemoriada, es absolutamente imbécil, anda por ahí haciendo manifestaciones en defensa de regímenes teocráticos que han retrocedido hasta la edad media, donde a las mujeres las entierran hasta el cuello y las apedrean hasta la muerte por no llevar velo, donde a los homosexuales los cuelgan de grúas y donde hay una cosa que se llama “policía de la moral”. Es decir, que la neoizquierda defiende los derechos de las mujeres y los homosexuales en España pero no en Irán, supongo que porque consideran que con eso del multiculturalismo hay que respetar la cultura de los iraníes. De la misma forma que hay que ser totalmente imbécil para no darse cuenta de que la defensa del Estado y el pueblo palestino que se hacía a finales del siglo pasado, no tiene nada que ver con la que se puede hacer hoy en día, entre otras cosas porque hoy ya no hay pueblo palestino. Lo que hay son dos organizaciones terroristas islámicas como Hamás y Hizbullá, o como se diga, cuya único objetivo es cargarse los valores occidentales. Y hay que ser definitivamente imbécil para renegar de los valores tradicionales de Occidente, que son los de la Ilustración, y preferir los de las satrapías islámicas de Oriente Medio, o la ley islámica a la democracia liberal, con todos sus defectos.

En fin, puesto que de historia hablamos, habría que recordar que nunca ha existido algo así como Palestina. Lo que ha existido ha sido un territorio ocupado. sucesivamente por tribus de pastores nómadas, romanos, cruzados, turcos e ingleses y donde han vivido judíos y musulmanes, por supuesto no en armonía, porque la mejor manera de no vivir en armonía es la religión. Y ya que hablamos de imbéciles, hay que ser rematadamente imbécil para no darse cuenta de que en un conflicto entre Israel e Irán lo más sensato y lo que dicta el sentido común es apoyar a Israel. Pero para la maniquea neoizquierda esto es una historia de buenos y malos, y si los malos son y han sido siempre los americanos y los israelitas, no va a resultar ahora que son los buenos. Igual que si los soviéticos eran los buenos, no iban a ser los malos solo por pactar con los nazis.


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