Si Rousseau (y otros) tenían razón y el
ser huma o es por naturaleza libre, entonces se entiende porqué se sigue
manteniendo y fomentando la ilusión de que el ser humano es un ser natural:
porque así se mantiene la ilusión de que es libre e su naturaleza social. Pero
el ser humano solo es libre frente a la sociedad, no en ella. El ser humano
solo es libre en tanto no es un ser social y deja de ser libre cuando se
convierte en social.
jueves, 6 de octubre de 2016
miércoles, 5 de octubre de 2016
Naturaleza social
El ser humano no es social por
naturaleza. Al contrario, su instinto es vivir aislado, enfrentarse a los
demás. La sociedad es algo externo, que se impone al ser humano porque éste
necesita de ella, porque le resulta útil, tan útil le resulta que ahora, ya, se
ha convertido en un animal social. Pero a costa de su naturaleza. Si el ser
humano es un animal social es porque la sociabilidad ha anulado, destruido su
verdadera naturaleza. El ser humano es un animal social porque ya no es
natural, porque ya no tiene instintos.
martes, 4 de octubre de 2016
Teóricos
Todo movimiento político que aspira a
implantarse entre las masas necesita teóricos que determinen la ortodoxia del
movimiento. Necesita teóricos porque lo exigen las masas que así se ven
aliviadas de la ardua tares de reflexionar su posición política y las razones
sobre las que se sustenta. Y necesita teóricos porque lo exigen los dirigentes
que así evitan que los acólitos piensen: tan solo deben obedecer.
lunes, 3 de octubre de 2016
Papanatas
La mediocridad intelectual y el papanatismo
revestidos de verdad absoluta han encontrado en las redes sociales un poderoso
aliado en su objetivo de convertirnos a todos en unos mediocres intelectuales y
unos papanatas: en decirnos lo qué debemos comer, lo qué debemos escribir, lo
que debemos pensar o cómo debemos amar, vivir nuestra vida. Y ay de aquel
hereje que se salga de ortodoxia papanatil. Un aliado, por otra parte, que ya tenían
en los centros de enseñanza
domingo, 2 de octubre de 2016
Pensamiento y dignidad
Pensar con la cabeza, y no con cualquier
otra parte del cuerpo, es lo único esencial para mantener la dignidad humana.
Si se piensa con la cabeza entonces se capta muy fácilmente qué es lo que nos
hace humanos.
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