viernes, 20 de octubre de 2023

Enfermedades infantiles

 Decía Kant, criticando su época de Ilustración pero no ilustrada, que el hombre se encontraba en una culpable minoría de edad   -intelectual, se entiende- y que para salir de esa minoría de edad debía atreverse a saber, pensar por sí mismo. Esa minoría de edad es por la que todos hemos pasado, entre otras cosas porque, no solo a nivel intelectual sino sobre todo biológico, somos menores de edad, y no pensamos autónomamente, no porque no nos atrevamos, sino porque no podemos. La minoría de edad se hace culpable, siguiendo con Kant, cuando pidiendo pensar por nosotros mismos, seguimos pensando lo que los demás nos dicen que debemos de pensar o, sobre todo, lo que se espera que debemos de pensar dependiendo de nuestras condiciones personales, llámeselas clase social o ideología política. Así, se supone que una persona de izquierda tiene que defender a capa y espada a los palestinos, y por ende tiene que renegar de Israel, aunque los palestinos se dediquen a hacer lo que hasta ahora supuestamente hacía Israel. 

Una de las cosas que a mí nunca me ha encajado de esta situación es por qué desde la izquierda había que defender posiciones religiosas radicales y fundamentalistas, mientras se criticaba a una nación democrática y progresista. Esta idea que, repito, me daba vueltas por la cabeza, se hizo más acuciante cuando, después de los atentados del 11-M en Madrid, los grupos de izquierda, en vez de condenarlos como Dios manda, se pusieron a ladrar contra una islamofobia que, en realidad, nunca se dio. Empecé a pensar entonces que lo que la izquierda defiende no es a los palestinos, sino al islamismo radical, y eso solo se entiende si el objetivo de la izquierda y el del islamismo radical es el mismo: destruir el modo de vida y la civilización tal y como la conocemos. En la frase, acuñada por esa izquierda y en la que muchos aún fundamentamos nuestra vida, “civilización o barbarie”, se han puesto, sin lugar a dudas del lado de la barbarie. Defender es este caso a Israel, es, por lo tanto, defender la civilización

Porque es estar del lado de la barbarie considerar que un ataque salvaje contra una población civil, que además es la única que ha desarrollado un intento de socialismo democrático en los kibutz, es un acto de justicia por no sé qué afrentas contra los musulmanes -nótese que los que de verdad apoyan a Hamás, como Irán, no hablan nunca de palestinos, sino de musulmanes-  Porque es un acto de barbarie considerar verdugos a las víctimas. Porque es un acto de barbarie, al fin y al cabo, continuar con la barbarie del exterminio de pueblo judío que comenzó a mediados del siglo pasado; porque, como a mediados del siglo pasado, todos los palestinos -alemanes en aquella época- que están en contra de Hamás ya han sido eliminados, y los que quedan les apoyan incondicionalmente, así que la gran mayoría de los que ahora viven en Gaza, como la gran mayoría de los que vivían en Alemania en 1940, apoya a los terroristas islámicos.  Es profundamente inmoral justificar una matanza como la que ha perpetrado Hamás a partir de unos supuestos que no tienen más base que la ideología. Tremendamente inmoral y tremendamente bárbaro.

Y en cuanto a mí, me acojo a las palabras del señor Zapatero: “Si hay que cambiar de opinión, se cambia”.


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