viernes, 15 de diciembre de 2023

Lenguas

 Hoy quiero hablar de hablar. De cómo hablamos, de la lengua que utilizamos. Dijo von Humboldt en el siglo XIX algo así como “formidable instrumento de civilización la lengua española, si España se diese instituciones de libertad”. La lengua, así parece relacionada con la libertad. Quizás por eso, cuando la libertad en España una vez más  y como casi siempre, se ve amenazada, lo primero que se ataca es la lengua, la lengua española. O castellana. Porque a veces parece que se nos olvida que también Castilla es un territorio histórico, también Castilla tiene una historia, seguramente de las más ricas Europa.

Pero a lo que iba, que era a hablar de la lengua. Cuando yo iba al colegio tenía un maestro que nos decía que Carlos V dijo una vez que “el francés era para hablar de política, el italiano para hablar con las mujeres, el alemán para hablar con los caballos y el español pata hablar con Dios”. No sé si este dicho es apócrifo o no, pero sirve para dejar aparte los romanticismos con los que he empezado y entrar en la materia de lo que quiero decir. Una de las consecuencias más lamentables y terribles que está provocando el auge de los nacionalismos excluyentes y separatistas y, sobre todo, el idilio que el actual gobierno mantiene con ellos, es la devaluación de la lengua española en beneficio de otras tan habladas y tan cosmopolitas como el catalán, el vascuence y el gallego. No digo yo que un catalán en su casa hable catalán y lo que le venga en gana, pero digo yo que, al igual que en Francia se habla francés y en Alemania se habla alemán, tampoco estaría mal que en España se hablara en español. No solo porque las lenguas tienen como objetivo fundamental la comunicación humana, las relaciones humanas por tanto, y si todos en España sabemos español lo suyo es que lo hablemos para comunicarnos y relacionarnos y no usemos las lenguas para lo que no sirven que es para tirárnoslas a la cabeza como si fueran piedras. Es que el español es uno de los idiomas, no solo más antiguos de Europa, sino también uno de los más ricos, por no decir que es el tercero más hablado en el mundo en la actualidad, después del chino y el inglés y en español está escrita la obra cumbre de la literatura universal, el Quijote, -por cierto, Cervantes no era catalán- Por qué los españoles maltratamos nuestro idioma y los menospreciamos como lo hacemos es algo que se escapa a mi comprensión. Dicen que es por el sentimiento de inferioridad propio de los españoles, o por la vergüenza que nos da no saber inglés. Lo que si se es que si hasta en el parlamento español dejamos de lado el español para hablar en otras lenguas, difícilmente vamos a poder reivindicar nuestro idioma fiera de nuestras fronteras, Y difícilmente nos vamos a poner de acuerdo en nada.

Parece ser que el señor Sánchez Pérez-Castejón es el primer presidente español que habla inglés de forma fluida. Ya hemos visto que su dominio del inglés tampoco es que le sirva de mucho en sus relaciones internacionales. Y es que hablar en inglés no digo yo que no esté bien, pero además de eso hay que saber lo que se habla. Y ahí creo que el personaje anteriormente citado -y muchos más de los que hablan tan bien inglés- tienen graves carencias.


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