Como Ministra de Sanidad la señora doña Elena Salgado nos colocó la Ley Antitabaco. Como Ministra de Economía la señora Doña Elena Salgado pretende encalomarnos un retraso en la edad de jubilación. Hay que reconocer la lógica interna del pensamiento político de la señora doña Elena Salgado. Primero nos obliga a estar sanos como robles y después, y aprovechando nuestra magnífica salud, nos hace trabajar hasta los cien años, si fuera menester.
Bromas aparte, la propuesta anunciada por el gobierno de retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años es regresiva, inútil y, además, anunciar esta medida en estos momentos es una estupidez. Voy a intentar ser muy claro y no caer en la demagogia barata. Es una medida regresiva porque el capitalismo se fundamenta en la explotación del trabajador inmerso en unas relaciones de producción alienantes. Prolongar la estancia de los individuos en ese sistema productivo lo único que hace es aumentar aún más la tasa de explotación. Esto es marxismo de manual. Tampoco hace falta ser un premio Nóbel de Economía para darse cuenta de que si hay que trabajar más para cobrar lo mismo lo que se está produciendo de facto es un descenso de la retribución. Así que lo que supone esta medida es una rebaja de las pensiones encubierta. Y por último lo que muestra es la cara más inhumana del sistema capitalista. Cuando se utliza el argumento falaz de que el aumento de la esperanza de vida hace necesario que los sujetos trabajen más años lo que se está dando a entender es que los seres humanos no son más que piezas de una máquina a la que deben servir hasta su muerte, es decir, hasta que resulten ya inútiles para la función que cumplen dentro del buen funcionamiento del sistema: no se trata de trabajar para vivir, sino de vivir para trabajar
Esta medida es inútil porque no va a servir para cumplir el objetivo que supuestamente se propone. Para empezar se fundamenta en un informe torticero de INE, que ha calculado la pirámide poblacional del año 2050 tomando como referencia los datos de los últimos diez años, y a partir de ahí ha hecho predicciones a cuarenta años vista, con lo cual no es de extrañar que dicho informe fuera un encargo directo del Gobierno para justificar su propuesta (como tantos otros). El retaso de la edad de jubilación es una medida a muy largo plazo –de hecho, sus efectos plenos no se notarán hasta dentro de quince años-. Si el sistema de pensiones colapsa antes -otra de las justificaciones del Gobierno para plantear esta medida- entonces no habrá servido para nada. Y si no colapsa y el informe del INE no se cumple, tampoco habrá tenido ninguna utilidad. La efectividad a largo plazo de la reforma de las pensiones, por tanto, es muy dudosa. Pero a corto plazo lo que hará será crear más desempleo y disminuir aun más la productividad (eso en un país donde, según los últimos datos, existen más de 4.300.000 parados, situándose la tasa de desempleo en cerca del diecinueve por ciento, con un aumento en el año 2009 de casi el cuarenta por ciento). Retrasar la jubilación supone cerrar la puerta del mercado de trabajo a personas jóvenes –en muchos casos muy preparadas- y mantener ocupando esos puestos a otras que, bien por hastío, bien por los achaques propios de la edad, no pueden rendir al cien por cien. Claro, que pensándolo despacio a lo mejor no es ninguna casualidad que a la vez que se propone retrasar la jubilación de los 65 a los 67 años se estudie alargar la enseñanza obligatoria de los 16 a los 18. Quién sabe.
Y, finalmente, es una auténtica estupidez anunciar esta medida en estos momentos, con la coyuntura económica que atraviesa el país, lo que demuestra no sólo la incompetencia del Gobierno, sino también su estulticia. Puesto que es una medida a muy largo plazo, darla a conocer ahora sólo puede conducir a una sangría de votos imposible de recuperar. El PSOE se ha jugado las elecciones de 2012, y seguramente las ha perdido, todavía no se sabe por qué, a no ser por alguna presión de la CEOE y del superempresario Díaz Ferrán, visto que el Ministerio de Economía sigue al dedillo las recomendaciones de esta organización. De hecho, todo esto es algo tan llamativamente estúpido que se diría que no es más que un cebo, una cortina de humo para esconder una reforma tan regresiva y tan dura como la de la retrasar la jubilación, pero de la que nadie habla: aumentar de quince a veinticinco los años cotizados para tener derecho a una pensión (bueno, ahora parece que dónde dije digo, digo Diego y resulta que esa medida nunca se planteó seriamente, lo que son las cosas). Eso, en un país con la tasa de paro ya mencionada puede resultar catastrófico.
He dicho que no iba a hacer demagogia pero no puedo resistirme aunque sea un poquito. El dinero que se regala a los bancos, a las empresas, a la Iglesia o a los cómicos para que hagan peliculillas que nadie va a ver, en algún momento hay que pagarlo. Como el Estado no tiene dinero en propiedad, sino que todo del que dispone proviene de los ciudadanos, al final son éstos los que se tienen que rascar el bolsillo. En todo caso quién ha arruinado la caja de pensiones no han sido los trabajadores, sino el gobierno, y sería éste el que tendría que responder de su mala gestión. Como no lo va a hacer ya saben lo que toca: el trabajo les hará libres algún día: cuando se mueran.
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