Al
día siguiente de leer en el periódico progresista-reaccionario el artículo que
fue objeto de mi escrito anterior, leí otro, supongo que de la misma colección
que, si bien no demostraba que su autora fuera una imbécil peligrosa, si que
venía a mostrar que cualquiera puede tener un cargo rimbombante y escribir
obviedades en un periódico, seguramente cobrando por ello. Esta vez si que
apunté el nombre de la autora del artículo, Shannon Bugos, y su profesión,
Analista Política de la Asociación por el Control de Armas, con sede en
Washington (D.C.). Aunque intenté leer dicho escrito hasta el final, más o
menos a la mitad decidí que tenía muchas cosas que hacer y que no podía seguir
perdiendo el tiempo con aquella sarta de perogrulladas, aunque, al igual que la
vez anterior, la entradilla del mismo era más suficiente para poder saber lo
que venía detrás. Decía ésta que: “El presidente ruso ha demostrado que tener
armas atómicas no impide a los países que las poseen empezar guerras
importantes”. Les prometo que leí dicha entradilla varias veces, convencido de
que había leído mal, y si me lancé a leer el resto del artículo fue por
comprobar si en dicha entradilla existía algún error de traducción, de tal
forma que el cuerpo del texto desmintiera lo dicho en ella. Pero, lejos de
ello, comprobé desolado que más bien lo ratificaba.
En España solemos hablar de verdades
de Perogrullo, que son verdades como puños. A lo mejor si la señora o señorita
Bugos hubiera sido española habría pensado en ello antes de escribir lo que
escribió. O a lo mejor es que el oficio de analista político implica confundir
las cosas y no enterarse de nada. No lo se. Lo que si que se es que, no es que
poseer armas atómicas impida empezar guerras sino, más bien al contrario, es el
hecho de poseer armas atómicas lo que permite empezar esas guerras. Es decir,
el hecho de poseer armas atómicas lleva a los países que las poseen a poder permitirse
empezar guerras importantes, estando seguros de que la posesión de esas armas
va a limitar la respuesta de todos aquellos que podrían responder a una
agresión. Eso es lo que ha demostrado el presidente ruso, aunque en realidad no
había nada que demostrar porque es de Perogrullo que el que tiene mejor
armamento está más capacitado para empezar una guerra que el que no lo tiene,
ya sea esta armamento ojivas nucleares o piedras y palos. Desconozco la edad de
la autora del texto, pero esto es lo que en la Guerra Fría se llamaba
disuasión. El hecho de poseer armas atómicas disuadía a los potenciales enemigos
de un país de lanzar un ataque contra éste, y si Ucrania hubiera poseído este
tipo de armas, seguramente el presidente ruso se lo habría pensado dos veces
antes de atacar. Así que el presidente ruso, a pesar de Bugos, no ha demostrado
nada sino lo que ya se sabía y que desde luego no es lo que Bugos pretende.
Enlazo esto dicho hasta ahora con un
cartel que vi el otro día en la Facultad de Filosofía de la Universidad
Autónoma de Madrid, en el cual una asociación estudiantil, supongo que de
izquierda por la estética del cartel, pedía de salida de Ucrania de las tropas
de Moscú y de la OTAN. A mi me hubiera gustado preguntarles a estos muchachos
dónde hay tropas de la OTAN en Ucrania. Porque, volviendo a hilo conductor de
este escrito, la prueba de que no las hay es que hay tropas de Moscú, y si
hubiera tropas de la OTAN no habría tropas de Moscú. Otra vez el viejo concepto
de disuasión. Si Putin ha atacado Ucrania es porque sabía que la OTAN no iba a
responder, y si la OTAN se hubiera adelantado y hubiera estacionado tropas en
Ucrania, seguramente Rusia no hubiera atacado.
Termino este escrito como terminé el
anterior. Es desesperante ver como no aprendemos nada de la Historia. Que
Europa aún no haya aprendido que la única manera de detener a un matón es usar
sus mismas armas. Y espero que, como la otra vez, cuando Europa se quiera dar
cuenta de ello no sea demasiado tarde.
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