martes, 21 de abril de 2020

¿Y esto qué es?

Lo que es, es esto. Es una determinación de una cosa que va más allá de la mera definición. Porque lo que es no es un algo, es esto. La mesa no es una mesa, sino esta mesa. Hay algo en lo que es, en lo que hay, que escapa a la mera definición, porque la definición ofrece características comunes y lo que hay está más allá de esas características. Si quisiéramos utilizar un término técnico, diríamos que lo que es, es deíctico. Lo que viene a querer decir que la manera de determinar lo que es no es definirlo, sino señalarlo. Lo que es, por lo tanto, es un esto, y la realidad está compuesta por todos los estos. Y eso que es, esos estos determinados, precisamente por ser estos, son radicalmente distintos de todos los demás, son particulares y pueden ser confundidos con nada más que ellos mismos. Porque lo que es esto, y no es otra cosa, no solo es algo, sino que es algo que ha tenido un desarrollo determinado y que se sitúa en un lugar en el que solo se sitúa él. En efecto, lo que es, esta silla, esta mesa o este bolígrafo, no solo son porque son una silla, una mesa o un bolígrafo. No solo son lo que son porque compartan una esencia o una definición, o son lo que son porque existen. Hay algo que los diferencia radicalmente de otras mesas, otras sillas y otros bolígrafos, y ese algo que los diferencia es que están aquí y ahora. Esto es distinto de todos los demás estos porque ocupa un espacio y un tiempo determinados, un espacio y un tiempo que solo ocupa él y que además no puede ocupar otro. De esta manera el espacio y el tiempo, el estar aquí y ahora, son fundamentales en la determinación de lo que es, de lo que hay. Porque lo que hay no es lo que hay flotando en el vacío, sino que lo hay en un determinado respecto que tiene que ver con estar aquí, ocupar un espacio, y estar ahora, ocupar un tiempo.
            Ahora bien, ¿esto significa que cuando esto que hay deja de ocupar ese espacio y ese tiempo, deja de estar aquí y ahora, deja de ser lo que es para ser otra cosa? Por un lado, en rigor, podríamos decir que si. Este bolígrafo que está ahora escribiendo no es el mismo bolígrafo que el que estaba posado sobre la mesa hace una hora. Y no es el mismo porque su relación con lo que le rodea no es la misma. Ahora, el bolígrafo es un útil para escribir, hace una hora era una adorno sobre la mesa. ¿Qué es entonces el bolígrafo? Insisto, en rigor, hace una hora era una cosa y ahora es otra, y si yo puedo afirmar que es el mismo bolígrafo es porque tiene una continuidad en mi conciencia de sujeto, porque yo se, o supongo, que es el mismo bolígrafo.
            Pero, por otra parre, lo que es, es el producto, la consecuencia de un desarrollo. Lo que hace que un esto sea esto y no otra cosa es, también, su historia, lo que ha sido y lo que le ha llevado a ser lo que es, independientemente de que sea un bolígrafo o un ser humano. Lo que el esto es ahora, lo que algo es, es el resultado de una sucesión de aquís y ahoras que le han ido determinado, y si el aquí y el ahora fijos hacen que algo sea totalmente distinto de lo demás, mucho más lo hace esa sucesión de aquís y ahoras. El bolígrafo que está sobre la mesa y el que escribe una hora después no son el mismo bolígrafo tomado en esos aquís y ahoras aislados, pero la sucesión de ellos le da una continuidad que le hace ser él mismo. Entiéndase bien, lo que quiero decir es que lo único que puedo afirmar como bolígrafo yo, lo único que me permite afirmar que el bolígrafo es el mismo, más allá de sus momentos particulares, de sus estos concretos, es esta continuidad que he llamado histórica. Suponer que existe una entidad substancial más allá de ellos que es lo que constituye el bolígrafo en sí es mucho suponer. El bolígrafo es lo que yo veo aquí y ahora y poco más. Lo que es, por lo tanto, es lo que está, más bien que lo que existe.

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