jueves, 27 de septiembre de 2012

Okupación con K

 De un movimiento que se dice de izquierdas uno espera que tenga al menos un poco de visión histórica. Y si además pretende ser un movimiento político, o que pretende llevar a cabo una revolución política, tampoco estaría de más exigirles alguna noción básica de estrategia. El movimiento “Ocupa el Congreso” adolece, a mi modo de ver de las dos cosas.
 En primer lugar no es que carezcan de visión histórica, es que no saben Historia, por lo que no les vendría mal alguna lección. Quizás por eso no se han dado cuenta de que todos los Gobiernos totalitarios han suprimido las cámaras de representantes. Seguramente no saben que Hitler lo primero que hizo al llegar al poder fue quemar el Reichstag o que en España, sin ir más lejos, durante los 40 años de dictadura franquista no hubo Parlamento –había Cortes Orgánicas- y los partidos políticos estaban prohibidos, lo mismo que parecen exigir ellos ahora. Quizás no sepan que probablemente el logro político más importante de la Segunda República fue establecer un sistema electoral libre donde antes existía un sistema de alternancia entre dos partidos y formar un Congreso de los Diputados donde se debatían las leyes a aplicar, esas leyes que antes eran impuestas por la fuerza del Rey, la Iglesia y las oligarquías. Quizás no sepan nada de esto y hay que perdonárselo porque al fin y al cabo se han educado en la ESO.
 Pero aunque uno no sepa Historia, si se convoca una manifestación y por lo tanto se realiza un acto político, hay que tener una idea clara de la estrategia a seguir. Y es un error de bulto –o no, dependiendo de las intenciones de sus convocantes- reclamar democracia pretendiendo rodear, encerrar o lo que sea a los representantes del pueblo. Porque les guste a ellos o no los Diputados son los representantes del pueblo español, al menos de la gran mayoría de él, y atacarles a ellos es atacar a la soberanía popular. Por supuesto que están en su perfecto derecho y es completamente legítimo considerar que no les representan –a mi tampoco me representan- pero tal vez deberían preguntarse a quién representan ellos. Que nadie se extrañe entonces de que la señora Cospedal los compare con Tejero –Tejero era un Teniente Coronel de la Guardia Civil que entró a tiros en el Congreso de los Diputados y secuestró a sus miembros el 23 de Febrero de 1981: otra lección de Historia-. Por supuesto que nada tiene que ver una cosa con otra, pero si uno no se plantea bien la estrategia da pie a que se hagan estas comparaciones. Lo mismo que da pie a los medios de la extrema derecha para soltar todo el veneno que llevan dentro y descalificar todas las protestas sociales en su conjunto. Hay que tener muy poca visión política para no darse cuenta de que el pueblo español es conservador y amante del orden en su gran mayoría y que actos como los del día 25 lo único que hacen es alejar a la gente de la calle. Y provocan que el señor Rajoy salga alabando a la “mayoría silenciosa” –no se si la misma de Fraga u otra- que cada vez será más mayoría y más silenciosa. Yo me pregunto, y no dejaré de preguntármelo, por qué en vez de rodear el Congreso no se rodeó el Palacio de la Moncloa, o los edificios de los Ministerios, que es donde se está haciendo la política antisocial contra la que presumo que va dirigida la protesta. El Parlamento ya está rodeado desde dentro por el Gobierno y su partido, con lo que rodearlo desde fuera en el fondo no es mas que apoyar la actuación de aquéllos. Y por último, tampoco está de más conocer la ley y saber que manifestarse ante el Congreso cuando éste está reunido es ilegal –y no entro ahora a valorar si esto está bien o está mal- de tal forma que todos los medios que nos han recordado en las últimas horas que el susodicho acto era ilegal tienen, evidentemente, razón. Y cuando alguien comete algún acto ilegal, pues lo lógico es que la policía le persiga -tampoco valoro la actuación de la policía, algo que haré en otro momento, pero si adelanto que no se pueden exigir comportamientos morales a un colectivo cuando el noventa por ciento de la población no los tiene- o al menos eso es lo que queremos que se haga con los políticos corruptos.
 Sólo me queda esperar que tanto los colectivos convocantes del acto, como los que acudieron a él, como todos aquellos que de una u otra manera les apoyan, sean coherentes con sus ideas –es decir, racionales- y en las próximas elecciones no voten a nadie, que es la manera democrática de vaciar el Parlamento y forzar ese cambio en la Política que tanto predican.