viernes, 30 de octubre de 2009

Poner la otra mejilla

La pasada semana surgió una noticia que curiosamente pasó desapercibida en casi todos los grandes medios de comunicación. Según parece el PSOE ha solicitado al Gobierno la exención fiscal para aquellas empresas que contribuyan a organizar la vivita del Papa a España en el año 2011, aduciendo como razón fundamental para tamaño despropósito que la susodicha visita es de un interés público sin precedentes.
A mí, que no soy del PSOE, ni católico, y que pertenezco a esa "amplísima clase media” -Fernández de la Vega dixit- que va a cargar sobre sus espaldas la subida de impuestos que el Gobierno del Partido Socialista prepara para el año que viene, se me vienen a la cabeza varias ideas a propósito de esta ocurrencia. En primer lugar, por empezar por lo más sencillo, la anunciada visita papal no es una visita oficial, sino que se corresponde con el Encuentro Mundial con la Juventud (o algo así, no recuerdo muy bien el nombre del evento), de tal manera que, teniendo en cuenta que no se van a tratar temas de Estado –como por ejemplo que el Vaticano deje ya de meterse en los asuntos internos de países bastante más democráticos que él- los únicos que estarán públicamente interesados en el acontecimiento serán aquellos que acudan a él: un montón de adolescentes hipócritas.
La segunda cosa que a uno se le ocurre, aparte de lo más sencillo, es lo más evidente. Cómo es posible que el PSOE tenga la caradura de proponer algo así cuando ha perpetrado la mayor subida de impuestos de la democracia. Subida que impuestos, además, que afecta únicamente a las clases medias y bajas. No estaría de más escuchar a la señorita Pajín ahora, pidiendo solidaridad a los que conservan su empleo, cuando aquellos que organizan una visita exclusivamente privada para un grupo exclusivamente privado van a verse beneficiados por una rebaja fiscal. O a lo mejor la señorita Pajín y el resto de sus compañeros de Partido –empezando por el señor Rodríguez Zapatero- aún no se han enterado de que constitucionalmente España es un estado aconfesional, que la religión es un asunto privado de cada cual y que la mayoría católica de España es tal porque a los que nos bautizaron a la fuerza ahora no nos dejan salirnos del club. Aunque yo más bien creo que lo que no saben ni la señorita Pajín ni sus compañeros de Partido es lo que significa la palabra “socialista”.
Y en tercer lugar lo que se me ocurre es que el actual gobierno, dejando a un lado sus meteduras de pata y su incompetencia supina, es rematadamente tonto. Porque vamos a ver, cuando un señor no hace más que entrometerse en asuntos que no le corresponden y que son competencia exclusiva del Gobierno, cuando los representantes de este señor en España, empezando por el ínclito monseñor Rouco, están todos los días llamando asesinos e inmorales a los miembros de ese mismo Gobierno, cuando les montan manifestaciones cada tres por cuatro, cuando tienen una emisora de radio cuya programación exclusiva consiste en insultar al Presidente y a sus Ministros, cuando intentan imponer a todos los españoles una moral que es exclusivamente suya y que de ninguna manera ha demostrado que sea superior a la que pueda tener yo personalmente, por ejemplo, cuando todo el mundo sabe que ese famoso encuentro con la juventud no va a ser más que una excusa para volver a repetir los mismos insultos y las mismas barbaridades que ya estamos acostumbrados a ver, proponer encima ayudar a los que te van a hundir en el fango todo lo que puedan es de ser rematadamente idiota.
A lo mejor es que el Gobierno y sus ideólogos piensan que así van a calmar a los obispos, como intentan calmarlos con las rebajas fiscales a la Iglesia Católica o con el mantenimiento de la clase de Religión. A lo mejor es que el Gobierno se ha creído eso de que hay que poner la otra mejilla y a lo mejor hasta está muy bien poner la otra mejilla, no digo yo que no. Pero hacerlo cuando te han partido la cara unas cuantas veces ya, es de ser bastante lelo.

viernes, 23 de octubre de 2009

Escolarizar no es educar

En España la educación es obligatoria hasta los 16 años. Más o menos esto lo sabe todo el mundo. Sin embargo, en algún momento del camino las familias, la Administración e incluso los profesores decidieron que lo que resulta obligatorio no es la Educación, sino la Escolarización. Escolarizar es tener a los alumnos encerrados en un aula durante siete horas diarias de lunes a viernes. Educar es no sólo transmitir actitudes y valores sino también –y esto frecuentemente se olvida- enseñar, transmitir conocimientos.
Así las cosas no es de extrañar que las autoridades educativas –tanto las estatales como las autonómicas: no existen diferencias en este respecto- hagan todo lo posible por salvaguardar la obligatoriedad de la escolarización. Para la administración el problema más grave de la educación es el absentismo escolar –que es un problema de escolarización- y ha tomado medidas como la clausura a cal y canto de los centros escolares (algún día habría que investigar la relación entre la conversión de los centros de enseñanza en sistemas entrópicos cerrados y el aumento de la violencia escolar) o multar a los padres cuyos hijos no acuden a clase. Ninguna medida se ha tomado en cambio para obligar a los alumnos a educarse, a aprender. Y ante las catastróficas cifras de fracaso escolar o las dramáticas conclusiones de los Informes PISA, lo único que se ofrecen son excusas –eso si algún sesudo catedrático de pedagogía no decide quitarles importancia-.
Ante esta ceremonia de la confusión no es raro que los Institutos de Bachillerato se hayan convertido en guarderías donde vigilar a los hijos de aquellos que deben acudir a su trabajo; los alumnos no aprenden nada porque no están ahí para eso sino para pasar el rato mientras sus progenitores concilian su vida laboral y familiar; y los profesores no enseñan nada porque no es esa su función, sino hacer de canguros o de guardias civiles, según los casos, y procurar divertir a sus niños para que al menos no se aburran.
Lo peor es que como la educación ha dejado de ser obligatoria tarde o temprano su función social la acabará asumiendo la Universidad, dejando de lado la suya propia de formación científica e intelectual de alto nivel. Lo que no está claro es quien asumirá entonces la función de la Universidad, pero más vale que se encuentre pronto una solución porque si no el futuro que nos espera es más que negro.

viernes, 16 de octubre de 2009

Pornografía

Hoy se ha dado a conocer la nueva Ley General Audiovisual que entre otras cosas regula los contenidos que las distintas cadenas pueden y no pueden emitir. Llama poderosamente la atención –no tanto por su letra sino por su posible significación- algo de los que todos los medios de comunicación se han hecho eco: la prohibición de emitir pornografía en abierto. Dejando a un lado el cinismo de la prohibición “en abierto” de contenidos eróticos o sexuales, según lo cual aquél que tenga dinero para pagarlo podrá acceder a ellos, de la misma forma que cualquier menor que controle la tarjeta de crédito de su padre –que hay muchos- si esta norma se aplicara de forma estricta el noventa por ciento de los programas –incluidos los informativos- estarían condenados a PPV.
El término “pornografía” procede del griego, como casi todos, y su significado literal es “vergüenza gráfica”. Es decir, la pornografía es la plasmación gráfica de aquello que pueda avergonzar al espectador, o que en sí mismo conlleve algún contenido vergonzante. En otras palabras, la pornografía es la exhibición pública de las vergüenzas, propias o ajenas. Parece bastante claro que, si hablamos de pornografía en estos términos, la significación referente a los actos sexuales más o menos explícitos es una de los muchas que puede adoptar esta palabra.
Dicho esto podemos ensayar un pequeño divertimento acerca de todos aquellos programas –o contenidos de programas- que encajarían dentro de la definición estricta de “pornografía”. Por supuesto, y en primer lugar, los llamados “programas del corazón”, que no tienen ningún reparo en agitar el morbo de los espectadores a base de enseñar determinados comportamientos de los famosetes de turno que deberían quedar en el estricto ámbito de la vida privada. Comportamientos que serían sonrojantes si los periodistas o los protagonistas de sus historias tuvieran un mínimo de vergüenza. Quizás como no la tienen alegarán que, al fin y al cabo, esa carencia elimina todo rastro pornográfico de aquello que hacen. Así y todo, no cabe ninguna duda de que estas emisiones pueden ser calificadas sin ningún género de dudas como pornográficas.
En segundo lugar resultan pornográficos todos los formatos de telerrealidad, desde “Gran Hermano” hasta “Fama” u “Operación triunfo” y los programas tipo “El Diario de… (quien sea)”, donde una serie de lo más heterogénea y cutre de personajes se dedica a contar a todo aquel que quiera escucharles sus vergüenzas más íntimas. Dejando a un lado el hecho de que los participantes en estos programillas sean actores o no, lo que está claro es que son pornográficos en dos sentidos: primero porque consisten única y exclusivamente en sacar a la luz las vergüenzas de sus protagonistas, como ya se ha dicho, y segundo porque causan vergüenza ajena.
En tercer lugar muchos de los contenidos de los informativos son pornográficos. Y si no, no véanse aquellos que están relacionados con la trama “Gürtel”. Los dirigentes del PP enfrascados en una lucha de todos contra todos para intentar quitarse de encima el muerto de la corrupción. Unos que dicen que se van pero no se van, mientras a otros los echan pero no los echan, y al final el que se tiene que ir no se va ni le echan porque resulta que tiene un amigo que es juez y le saca las castañas del fuego. Y mientras tanto unos y otros llenándose cada vez más los bolsillos (qué razón tenía Platón cuando decía que los gobernantes no debían de tener nada en propiedad, porque era la única forma de que no ambicionaran nada). Volvemos de nuevo al caso de los programas del corazón. Aunque está claro que ninguno de estos individuos tiene vergüenza, eso no quita para que esto no sea pornografía dura.
Y por último los programas deportivos, que no contentos con adular, como si de dioses modernos se tratara, a sujetos que cobran millones de euros al año por dar cuatro patadas a una pelota una vez a la semana en un país con cuatro millones de parados, ahora nos sacan a tipos como Maradona diciendo a no se quién que se vaya a chupar no sé qué cosa.
Visto lo visto, lo que menos pornográfico resulta es ver a un señor y a una señora (o a dos señores o a dos señoras) echando un polvo en pantalla. De todas formas, bienvenida sea la nueva ley si va a servir para limpiar la televisión de toda la bazofia que la invade. Aunque me temo que esa bazofia da el suficiente dinero como para poder seguir emitiéndose en horario infantil.

sábado, 10 de octubre de 2009

Impuestos solidarios

Ciertamente si hay una nación desagradecida y cerril esa es España. La última demostración de este carácter infame que nos adorna a los españoles la hemos dado con la subida de impuestos anunciada por nuestro progresista gobierno. Porque hay que ser desagradecido para criticar algo que nos va a venir tan bien a todos, sobre todo a aquellos que viven de su trabajo y cobran esos sueldos tan estupendos que apenas alcanzan los mil euros. Y es de una cerrilidad supina no comprender la lógica interna de este aumento de la carga impositiva. Aunque de esto tampoco tenemos la culpa los pobrecitos españoles de a pie. Hay que ser un auténtico sabio para poder captar las sutilezas intelectuales que jalonan el discurso de mentes tan privilegiadas como las de Leire Pajín.
Porque vamos a ver, lo lógico –y a ver si lo entendemos de una vez- es subir los impuestos a los trabajadores, que al fin y al cabo son los únicos que los pagan. No tiene ningún sentido aumentar la fiscalidad de las SICAV o mantener el Impuesto sobre el Patrimonio. Si todos sabemos que los ricos no pagan impuestos y nos hace falta el dinero para mantener esa política social que tanto beneficia a los pobres, entonces tiene que ser a los pobres a los que les suban los impuestos. Esto está claro, y el que no lo entienda es que es un comunista que seguro que además fuma y el humo del tabaco le nubla el juicio..
Hay también algún cerrulo que dice que subir el IVA va a disminuir el consumo. Eso le podría pasar a un gobierno que no fuera tan sapiente como el nuestro. Porque la solución a este problema está clara. Lo que hay que hacer es penalizar fiscalmente el ahorro. De esta forma la gente no ahorrará y se gastará todo lo que pueda, con lo cual el consumo quedará a salvo y además, como los impuestos indirectos han aumentado, se recaudará un dinerillo extra que vendrá muy bien para completar las pensiones de los directivos del BBVA que se jubilan anticipadamente, dando todo un ejemplo de solidaridad y dejando su puesto de trabajo para los más jóvenes.
Y es que Elena Salgado no es una incompetente, por mucho que las lenguas viperinas se empeñen en demostrar lo contrario –ya sabemos que la envidia es el deporte nacional-. El hecho de que antes de ser Ministra de Economía fuera Ministra de Sanidad lo único que demuestra es que la mujer está buscando su sitio. Que por otra parte es lo que pretenden nuestras leyes educativas tan modernas. Y la prueba del éxito de éstas la tenemos en la reciente visita de nuestro presidente del Gobierno a Estados Unidos. Nadie en su sano juicio podrá decir que el señor Rodríguez Zapatero no es un padre progresista y de izquierdas que ha entendido perfectamente los presupuestos básicos de la LOGSE. Cualquier otro carca hubiera pensado que una audiencia con el presidente de los Estados Unidos exigía de sus hijas una mínima etiqueta. Pero el señor Zapatero no es ningún carca, así que permite que sus retoñas se fotografíen junto al hombre más poderoso del mundo según les dicta su buen criterio. Él no es un facha de esos que corren por ahí y dicen que hay que ilustrar a los jóvenes, no señor. Él deja que sus hijas desarrollen sus potencialidades.
Y para terminar una última muestra de la altísima capacidad intelectual de la señorita Pajín, que expuso con una claridad pedagógica sin parangón la clave de esta subida de impuestos. Porque a nadie se nos ha ocurrido –porque repito, somos unos carcas cerrados de mente- que “aquellos que han tenido la suerte de conservar su puesto de trabajo tienen que hacer un esfuerzo de solidaridad con los que lo han perdido”. Diga usted que sí, inteligencia iluminada. El conservar o perder el empleo es cuestión de suerte. No tienen nada que ver en ello las prácticas abusivas de los empresarios. Y como los empresarios no tienen nada que ver con el paro, los responsables últimos de que haya cuatro millones de parados son los trabajadores que aún no han perdido su trabajo. Así que lo lógico es que sean coherentes con su situación, sean conscientes de la suerte que tienen y les paguen los subsidios a los que son menos afortunados. Así se hace una revolución, si señor. Y por si había alguna duda la señora Fernández de la Vega nos recuerda que el peso de la subida de impuestos recaerá sobre la “amplísima clase media”. Queda claro, pues, que la clase media son todos los trabajadores que no han perdido su empleo y son ellos los que tienen que sufragar la política social del gobierno. Al fin y al cabo son sus destinatarios. Los ricos acuden a hospitales privados y llevan sus hijos a escuelas privadas. Resulta injusto, por tanto, que la sufraguen. Y ante todo está la justicia social, faltaría más, que para eso somos más de izquierdas que nadie.
Espero que esta breve y amena lección haya servido para explicar por qué es tan buena la subida de impuestos y que a partir de ahora nadie pueda ya ponerla en duda y así, unidos como hermanos solidarios y progresistas que somos, salgamos a la calle enarbolando banderolas de color arco iris para dar gracias por tener un Gobierno tan sabio y tan preocupado por nuestro bienestar. He dicho.

viernes, 2 de octubre de 2009

Menos mal

Tenía yo pensado escribir algo sobre la tan magnífica subida de impuestos que nos ha preparado el Gobierno del señor Zapatero, pero como la actualidad manda me he decidido por dedicar este espacio a un tema absolutamente coyuntural. Y espero que sea tan coyuntural que se termine aquí definitivamente. Me refiero, como no, a la designación de la ciudad sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y a la agradable noticia de que finalmente éstos han ido a parar a Río de Janeiro y no a Madrid. Agradable noticia para los madrileños, por supuesto, no para los cariocas, que mucho me temo que ahora tendrán que pasar por todo aquello a lo que ya me veía condenado si algún viejo dios Olímpico no se hubiera apiadado de nosotros y no hubiera iluminado las mentes de los miembros de COI.
Una vez que ha pasado el susto y se van apagando poco a poco las ínfulas patrioteras podemos hacer un ejercicio de fantasía e imaginar que hubiera pasado si Madrid hubiera sido la encargada de organizar los Juegos Olímpicos. Las obras que hasta ahora estamos sufriendo hubieran sido una broma al lado de las que nos esperaban. Toda la ciudad levantada durante seis años para un evento que dura escasamente un mes. Una subida desproporcionada de los impuestos municipales, porque parece mentira que hubiera gente que creyera que esto iba a salirnos gratis a los madrileños: un acontecimiento de este tipo se paga, y lo pagan los ciudadanos, no las empresas: esas sólo se llevan el dinero. Los que hubieran tenido la desgracia de trabajar el mes de julio (o agosto) de 2016 ya podrían ir pensando en levantarse de la cama a las cuatro de la mañana para llegar mínimamente justos a su puesto de trabajo, con todas las calles cortadas al tráfico para recibir a las delegaciones de mandatarios extranjeros, a los deportistas famosos y a toda la caterva de chupones de todo tipo que arrastra un espectáculo de este tipo.
Esto es un ejercicio de fantasía. Ahora vamos a analizar la realidad. Si los juegos Olímpicos se le hubieran concedido a Madrid, se le hubieran concedido a la capital de un país donde se imputa a los jueces que intentan juzgar a un dictador; donde políticos corruptos hasta la médula quedan impunes porque el presidente del Tribunal que tiene que ver su caso es íntimo amigo suyo; donde este mismo presidente del Tribunal queda tan impune como su amigo el político después de haber prevaricado de forma evidente y flagrante; donde existen cerca de cuatro millones de parados, muchos de los cuales no cobran ningún tipo de subsidio y no tienen prácticamente nada que llevarse a la boca; donde a los turistas les quitan la cartera en cualquier esquina –esto para los listillos que dicen que Brasil es un país muy pobre y muy peligroso-. Un país que según los últimos informes del FMI va a ser el último en salir de la recesión económica; donde los banqueros y los constructores hacen lo que les da la santa gana sin que nadie les ponga freno. Un país que tiene los adolescentes más tontos de Europa y gran parte del mundo; donde se ha recortado la inversión para Investigación en más de un 15% -según los últimos datos-; un país donde el personaje más famoso y más importante es una macarra de San Blas que se llama Belén Esteban; donde se maltratan animales en los festejos populares sin el menor recato, encima con el apoyo de los políticos aprovechados de turno; un país donde lo único que interesa es el fútbol y la televisión basura, y todo ello apoyado por las más altas instancias; un país donde se hablan diecisiste idiomas distintos Un país, en resumen, que es más del Tercer Mundo –en el sentido más peyorativo del término- de lo que nunca lo ha sido Brasil.
Pero es que además cualquier profano sabe que los Juegos Olímpicos se alternan entre los continentes. Si los del 2012 se los dieron a Londres, los del 2016 tenían que corresponder a una capital no europea. ¿Eso no lo sabían los miembros del Comité Organizador que embarcaron a la ciudad y al país en una guerra perdida de antemano?. ¿Y si lo sabían por qué lo hicieron?. ¿Quién va a pagar ahora todo lo que se han gastado en la fiestecilla que se han montado hasta llegar a Copenhague?. Pues los madrileños, a los que de momento nos han cargado con un impuesto sobre las basuras, y los que vendrán –que, por cierto, a partir de ahora va reciclar Rita-. Desde luego los que no lo van a pagar son los Bigotes y los Camps de turno, que ya se estaban frotando las manos y se les ha fastidiado el negocio.
Y por último, seamos serios. Si a usted le ofrecen la posibilidad de pasar un mes de vacaciones con todos los gastos pagados y viviendo a todo lujo, ¿dónde preferiría ir, a Río de Janeiro o a Madrid?. Pues eso.