lunes, 6 de mayo de 2024

Bromas aparte

 Ya en serio. Dejando a un lado las bromas sobre la lacrimógena y cursi carta del señor Sánchez-Pérez Castejón, el caso es que estamos asistiendo en estos últimos meses a un cursillo acelerado de totalitarismo, cursillo acelerado con prácticas incluidas y diploma final para el que mejor lo haga, que de momento es solo uno. Para comprobarlo, echemos un vistazo a las características más destacadas del totalitarismo explicitadas desde Orwell hasta Arendt

Culto al líder. Empiezo por esta porque es la más evidente los últimos días y es la consecuencia directa de la famosa carta del presidente. Hemos visto como la reacción a dicho escrito ha sido una movilización, algo escasa, eso sí, a favor, no de las ideas socialistas, no del partido, sino de la persona física del supuestamente agraviado. No se gritaba PSOE, sino Pedro, o te queremos Pedro o quédate Pedro, todo ello adornado por lágrima y súplicas bastante rastreras que producían más vergüenza ajena que otra cosa. Pero cuidado, porque estas lágrimas y estas súplicas suelen ser muy peligrosas.

Falsificación de la verdad e invención de la realidad. Y no solo de una verdad metafísica, que también, sino de la verdad más básica, aquella que se dice en relación con la realidad, y claro, para falsear esa verdad y llegar a la posverdad, es necesario inventarse una realidad paralela, o alternativa de tal forma que las afirmaciones que se han de tener por verdaderas se correspondan con esa realidad falsa. Vamos, que si el líder y sus acólitos dicen que el cielo es verde, entonces será verdad que el cielo es verde y por más que usted se empeñe en decir que es azul, le dirán que eso no es cierto, que en todo caso es su verdad, pero que su verdad, como la realidad a la que se refiere, está equivocada.

Control del pensamiento. Relacionado con la característica anterior, solo existe una forma de pensar correctamente -que no la marca la lógica, sino el líder- y unos contenidos correctos que deben ser pensados. Puesto que, en realidad, el pensamiento es libre, es necesario controlarlo, para que a nadie se le ocurra pensar algo distinto de lo que debe de pensar. Así, es necesario controlar los medios de comunicación, la cultura, el arte o cualquier medio que pueda generar un pensamiento alternativo. En el campo de la censura es absolutamente necesaria la ayuda de medios de comunicación afines, y de intelectuales afectos al poder que normalmente ocupan plazas universitarias y que actúan como una policía del pensamiento, intelectuales orgánicos, que marquen las estructuras de pensamiento que deben ser seguidas y se encarguen de demonizar como no pensamiento las que se salgan de lo establecido.

Invención de un enemigo exterior, que se pueda utilizar para aglutinar a la masa y como cortina de humo para desviar la atención de lo que realmente importa, que son la actuaciones del poder totalitario en el interior de la nación. Hay que reconocer que aquí el señor Sánchez Pérez Castejón y su gobierno de palmeros analfabetos se han salido. No solo tenemos un enemigo, sino dos, que pueden ser doscientos. No solo es que si llamas drogadicto al presidente de una nación amiga lo normal es que te contesten de no muy buenos modos, es que si tu segundo enemigo es Israel, aparte de jugártela con los americanos, estás cumpliendo con otra de las características del totalitarismo que señaló Arendt: el antisemitismo. Así que a partir de ahora en vez de señor Sánchez Pérez-Castejón a lo mejor hay que decir Herr Sánchez o Heil Sánchez, vaya usted a saber.


No hay comentarios: