sábado, 17 de mayo de 2008

Diálogo entre Anselmo y Benito sobre la existencia de Dios. Primera Parte

ANSELMO.- Los ateos sois cerrados de mente. no aceptáis la existencia de aquello que no veis.
BENITO.- Al contrario, los ateos tienen la mente bastante más abierta que los creyentes. Ni un sólo ateo niega la posibilidad de que algún día pueda demostrarse científicamente la existencia de Dios. Cuando eso ocurra -si ocurre- aceptaremos su existencia como un hecho científico demostrado, como se acepta la existencia de la Ley de la Gravedad. Ahora bien, mientras esto no pase no hay ni una sola prueba en la que apoyarse para afirmar la existencia de Dios así que la postura más racional es pensar que no existe. Es probable que alguna vez se demuestre la existencia de cocodrilos azules de 300 metros, pero mientras tanto nadie afirma su existencia. Un creyente, en cambio, incluso con todas las pruebas en contra, no acepta que es probable que Dios no exista.
A.- Si embargo, la Filosofía y la Religión han dado ya pruebas racionales de la existencia de Dios.
B.- Si. pruebas metafísicas, no científicas, que han sido desmontadas por la misma Filosofía. Cuando se intentan dar argumentos metafísicos, que no tienen un fundamento en la experiencia sensible, sobre la existencia de Dios y el mundo se cae en antinomias que no explican nada, como demostró Kant y asentó aún más Schopenhauer. Pero es que el mismo Ockham en el siglo XIV ya había destruido las pruebas de Tomás de Aquino al negar la validez universal del principio de causalidad en el que se basan. Ninguna de estas pruebas es una prueba científica y, así, ninguna prueba nada.
A.- Ya. Pero por la misma razón las pruebas que se han aducido para negar su existencia, desde Nietzsche hasta Sartre, son también pruebas metafísicas que no probarían nada.
B.- Efectivamente. Por eso he dicho al principio que no negamos la probabilidad de la existencia de Dios. Las pruebas metafísicas que la niegan no demuestran nada, por lo tanto esa existencia es posible. Pero mientras no se demuestre no se puede afirmar, de la misma manera que no se puede afirmar lo contrario si no se demuestra. En principio, ambas probabilidades son las mismas aunque los indicios en contra son hoy día mayores, con lo cual su no existencia resulta más probable.
A.- Hablas de posibilidad. El propio Kant -y tú mismo- aceptáis la posibilidad de que Dios exista. Y si Dios es posible entonces tiene que existir. Si un ser infinito es posible, entonces tiene que ser real.
B.- Lo cual en principio no negamos. Tan sólo decimos que no se ha probado esa realidad. Puesto que citas a Kant también sabrás que según él la posibilidad no implica la existencia -son dos categorías distintas-. Acuérdate del argumento tan trillado de que no son lo mismo cien táleros reales y cien táleros posibles. El que Dios sea posible significa que su concepto no implica contradicción y por lo tanto se puede pensar en él, pero el poder pensar en Dios no implica su existencia real. De la misma forma que es posible pensar en cocodrilos azules de 300 metros o, como decía Russell, en una tetera gigante orbitando la Tierra. Pero eso no quiere decir que existan, tan sólo quiere decir que son posibles -no contradictorios- y por eso podemos pensarlos y la prueba de que podemos pensarlos en que podemos hablar de ellos, lo mismo que podemos hablar de Dios, sin que eso signifique que existe.
(Continuará)

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