lunes, 22 de septiembre de 2014

Dialéctica / 1

El término “dialéctica” procede de dialogo. Así, en una significación general la dialéctica seria el arte del dialogo, la capacidad de dialogar o la habilidad en el uso del dialogo para convencer o enseñar. Es en este último sentido como la dialéctica se incorpora a la terminología filosófica de la mano de Sócrates, que desarrolla la mayéutica como herramienta dialéctica para mostrar al otro sus errores y colocarle en el camino de la verdad. Platón recoge esta consideración socrática  -de hecho toda su obra está escrita en forma de dialogo, forma que se retomara en el Renacimiento con la recuperación del pensamiento platónico por parte de autores como Giordano Bruno- aunque va a terminar dándole una significación distinta, inaugurando así la forma propiamente distinta de la Dialéctica.
Cuando hablamos de dialéctica desde la perspectiva de la filosofía, hay que entenderla de dos maneras distintas, la manera platónica y de la filosofía antigua y la manera hegeliana y de la filosofía moderna. Como decíamos mas arriba, Platón dio una nueva significación al término dialéctica, sacándolo de los limites del dialogo socrático y situándolo en el ámbito del conocimiento estricto. Para Platón, así, la dialéctica es la herramienta que permite acceder al conocimiento de las esencias universales o Ideas y se materializa en una gradación del desarrollo de este conocimiento que, a través de cuatro géneros o grados podía ascender de la simple imaginación -como conocimiento mas bajo- a la creencia verdadera y la dianoia o conocimiento matemático, hasta llegar al nous o conocimiento propio del filosofo que entra en contacto intuitivo con las esencias universales.
Sin embargo, la dialéctica tal y como es concebida en la actualidad fue desarrollada por Hegel en el siglo XIX. La gran diferencia entre la dialéctica platónica y la hegeliana radica en que mientras que la primera reviste un carácter puramente gnoseológico, la dialéctica de Hegel da el salto hacia lo ontológico. Así, para Hegel, la dialéctica es el instrumento esencial para comprender y explicar el desarrollo de la realidad humana -de la historia y de la sociedad- y ello porque la propia historia y la propia sociedad, es decir, la realidad en si misma, se desarrollan de forma dialéctica. Por eso la filosofía, como dialéctica, coincide con la realidad o, en otras palabras, el despliegue dialectico de la realidad no es otra cosa que la filosofía. De ahí que, siendo la filosofía la disciplina de la Razón, todo lo real sea racional  y todo lo racional sea real, y la culminación del desarrollo dialectico de la realidad -la Idea o Espíritu Absoluto- sea a su vez la culminación de la filosofía.
Para que fuera posible el paso desde la gnoseología platónica a la ontología hegeliana fue necesario que se rompiera una vieja idea del pensamiento clásico que tenia sus orígenes en Parménides, la idea de que el no ser no puede existir. En efecto, la dialéctica hegeliana supone la necesidad de pensar la contradicción, de pensarla como real, de ahí que admita la existencia del no ser. Así, el desarrollo dialectico de la historia supone que cada momento positivo, efectivamente existente, de ésta genera su propia contradicción, contradicción que es superada en un momento histórico superior que recoge el contenido de verdad del momento positivo y de su negación. Es esta concepción de la dialéctica la que va a recoger, y a criticar, Marx.

No hay comentarios: