sábado, 23 de febrero de 2008

¿Crisis económica?

¿Existe realmente una crisis económica?. Parece indudable que hay un bache o un retroceso en las condiciones económicas globales, pero la crisis es más bien el producto de una percepción subjetiva de la situación, que viene determinada porque durante la última década la gran mayoría de los españoles ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. Sin ser economistas podemos echar un vistazo a los principales indicadores económicos sobre los que se fundamenta la actual percepción de "crisis".
El aumento de la inflación hasta un 4,4% está en consonancia con el aumento de la inflación en la zona euro hasta el 3,2%. En realidad, la diferencia entre el porcentaje de inflación de España y del resto de Europa es de 1,2 puntos que es la diferencia tradicional que se ha mantenido durante los últimos años. Si pensamos que hace veinte o treinta años la tasa de inflación rondaba el 14% vemos que la crisis no es exactamente tal. ¿Cuál es entonces el problema?. Que el aumento de los precios se ha centrado sobre todo en productos básicos -que han aumentado su precio por una mala política en las cuotas de producción de la Unión Europea- , los sueldos no han aumentado de acuerdo con la subida de precios -habrá que hablar alguna vez de la relación entre los salarios y la inflación- y estos bajos salarios se han visto todavía más reducidos al tener que hacer frente a los intereses cada vez más altos de los créditos hipotecarios y de los créditos al consumo. Entramos así en el segundo factor, que es la subida de las hipotecas, y en general la subida de los intereses de todo tipo de créditos. . El gran problema de la economía española es que su despegue se apoyo sólo en la construcción. Lógicamente los pisos había que venderlos y los precios sobreelevados sólo podían pagarse por medio de créditos hipotecarios que se ofrecían a intereses muy bajos, pero esos intereses eran ficticios. Todos los expertos coinciden en que el interés normal debe estar en torno al 5%. Ahora mismo el Euribor -que es principal indicador de los intereses de los préstamos, pero no el único- está en el 4,4%, pero en España se llegaron a dar hipotecas por debajo de 3%. Es evidente que esta situación era imposible de mantener y cuando las hipotecas empezaron a recuperar su nivel normal mucha gente que había contratado créditos muy bajos, pero al límite de sus ingresos, no pudo hacer frente a éstos, lo que provocó un temor a una falta de liquidez en los bancos que les llevaron a subir todavía más los intereses provocando un efecto de bola de nieve. Si pensamos que en último tercio del siglo pasado las hipotecas podían rondar fácilmente el 15% o el 16% de interés, vemos que la crisis tampoco es tal.
El tercero de los factores es el aumento del paro. Lógicamente al aumentar las hipotecas la venta de pisos decrece con lo cual el sector inmobiliario, que era el que había tirado de la economía, entra en una fase de recesión. Esto supone la pérdida de los empleos que durante la pasada década se habían creado exclusivamente en este sector. Sin embargo, no pasará mucho tiempo antes de que esta masa de desempleados sea absorbida -como lo ha sido siempre- por otros sectores, quedando el paro reducido a los niveles de ejército de reserva que necesita el sistema para poder mantenerse en funcionamiento -y también otro día habrá que hablar de la imposibilidad del paro cero en el sistema capitalista-. De todos modos recordemos que hace 20 o 30 años la tasa de paro estaba cerca del 16%. La crisis, por lo tanto, es coyuntural, lo cual no quita para que el gobierno actual y los gobiernos anteriores no hayan puesto las medidas para paliarla, en el primer caso, y para evitarla, en el segundo.

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