viernes, 9 de mayo de 2008

El Ministerio de la Basurilla

Ya dije una vez que aquí la educación no le importa a nadie un pimiento y el nuevo reajuste ministerial que despoja al Ministerio de Educación de las competencias universitarias y reune en una sola cartera los asuntos concernientes a la educación, la familia, los asuntos sociales y creo que alguna cosa más es una buena muestra de ello. Estamos de acuerdo en que al repartirse las competencias educativas entre las distintas Autonomías el Ministerio se había quedado sin contenido. En estas circunstancias lo mejor era suprimirlo, pero hacer una especie de ministerio cajón de sastre, convertir la educación en un asunto social como se ha hecho, demuestra un desprecio más que notable por los asuntos relativos a la formación de los ciudadanos.
La posición de la educación secundaria con el reajuste es equiparable a la asistencia social. Se hacen equivalentes las labores educativas con la atención a ancianos, personas sin recursos, indigentes o drogadictos. Bien está que todos tengamos más o menos claro que cada vez más los centros educativos públicos se han convertido en guetos donde se envía para que no estorben a los inmigrantes, los gitanos, o los hijos de familias desestructuradas, que cada vez más la labor de un profesor no es enseñar sino cuidar niños, que al final los colegios e institutos acaban siendo clínicas psiquiátricas o comedores sociales. Ahora bien, de lo que se trata es de evitar estas situaciones, no de institucionalizarlas. Claro que esto no es la primera vez que se hace (que el PSOE lo hace): todo el mundo sabia que existían contratos de trabajo temporales cuya precariedad rayaba con la esclavitud y en vez de solucionarlo se legalizaron las ETT´S.
Por si cabe alguna duda al respecto de lo que acabo de decir no hay más que ver que la Educación Universitaria ha pasado a un nuevo ministerio. La formación que interesa económicamente se mima, la que no interesa porque sólo sirve para formar ciudadanos es abandonada a su suerte. Se ha abierto una brecha entre las dos etapas educativas más importantes que no se debe a causas inocentes sino que obedece a intereses políticos y económicos muy concretos y que va a ser muy difícil de reparar
También habría que comentar la situación en la que quedan los profesores de enseñanza secundaria que de pronto ven truncadas las pocas esperanzas que podían tener de una promoción profesional, así como las viejas aspiraciones de los sindicatos de desarrollar una Carrera Docente. Difícilmente -más todavía- un profesor de Instituto va a poder dar el salto a la Universidad cuando ahora resulta que Institutos y Facultades dependen incluso de Ministerios distintos. Si los méritos docentes en secundaria contaban poco para obtener un puesto universitario ahora ya no van a servir para nada, porque administrativamente educación secundaria y educación universitaria no tienen nada que ver. Contarán más o menos como los méritos de un fontanero. Y eso va a redundar en una falta de motivación de una parte importante del profesorado que sabe que se han esfumado sus pocas posibilidades de promoción y que ya ha alcanzado su techo profesional, que lo único que le queda es dejar pasar los años para que le hagan catedrático cuando se vaya a jubilar. En estas condiciones que nadie se extrañe si el rendimiento es cada vez más bajo, más escaso y peor. Es de cajón que un trabajador que no tiene aspiraciones profesionales no rinde y eso las empresas privadas lo saben muy bien.
Asunto aparte es el lugar que van a ocupar los estudios no tenocientíficos cuando las competencias universitarias pasan a depender de un Ministerio de Ciencia y Tecnología: tienen los días contados. Pero esto, como todo, tampoco es casual. Nada es casual en el Ministerio de la Basurilla.

3 comentarios:

Elementos dijo...

No es ninguna novedad que los centros educativos únicamente sirven para retener a los alumn@s que los componen, así como a l@s profesores y profesoras que ejercen en ellos para "enseñarlos". En mi opinión, y cada vez la refuerzo más, la gente es estúpida, no se dan cuenta de que el único objetivo es mantener a la gente "en su sitio", es decir, calladita, sumisa y dispuesta a no revelarse para tener un sueldo (solo hace falta ver los resultados en algunos centros de la huelga en favor de la educación pública).
La educación desapareció. Pocos son los profesores que realmente muestran interés para que sus alumn@s aprendan siendo estos profesores los más perjudicados...

Emilio Garoz dijo...

Totalmente de acuerdo. Pero la gente es estúpida porque la hacen estúpida. Un centro educativo es sólo un espacio físico que hay que saber aprovechar en nuestro beneficio. Hay que desestupidizar a la gente educándola, aunque cada vez cueste más y nos lo pongan más difícil.

Elementos dijo...

Yo creo que la gente es estúpida porque le gusta tener todo hecho, prefieren no pensar, ser conformistas. Evidentemente esto a los políticos ,espero que alguno pueda excluirse, y demás personas ávidas de poder les viene de perlas.