viernes, 16 de enero de 2009

Doble moral

Acusa el embajador de Israel en España a todos los que se manifestaron en Madrid contra la barbarie israelí en Gaza de tener una doble moral y de no protestar también por las agresiones de Hamás contra el territorio de su país. Debe saber mucho el señor Schutz de doble moral y tener muy claro lo que dice, porque si existe actualmente un campeón mundial de la doble moral (aparte de los EEUU) ese es Israel. Doble moral es acusar a los demás de terrorismo cuando uno mismo es un Estado terrorista (y como muestra basten los llamados “asesinatos selectivos”). Doble moral es acusar a Hamás de romper la tregua por tirar unos cohetes cuando Israel no sólo ha sometido a un bloqueo salvaje a los habitantes de la franja, matándoles de hambre y condenándoles a unas condiciones de vida propias de la Edad Media, sino que incluso ha asesinado a cinco milicianos palestinos dentro de Gaza en pleno periodo de vigencia de la tregua. Doble moral es llorar por los veinte muertos en siete años causados por los cohetes de Hamás cuando ellos han matado a mil personas en siete días. Doble moral es reclamar el derecho a la autodefensa y negar ese derecho a los demás. Doble moral es considerar como tuyo un territorio robado por la fuerza de las armas en 1967. Doble moral es alardear de democracia occidental cuando se prohíbe a los partidos árabes participar en las elecciones. Doble moral es bombardear escuelas y acusar a los milicianos palestinos de usar a los niños como escudos humanos. Doble moral es lamentarse de la incomprensión del mundo hacia Israel cuando se impide a los periodistas, no sólo informar, sino incluso entrar en Gaza. Doble moral es exigir a los demás que cumplan las resoluciones de la ONU cuando Israel no sólo las ignora de forma sistemática sino que además bombardea impunemente las instalaciones de la Organización. Doble moral es comparar el poderío militar de Hamás con el de Israel. Doble moral es acusar a los palestinos de no aceptar la existencia del estado de Israel cuando se les niega el suyo. Doble moral es pedir la paz cuando se hace la guerra y seguir haciéndola rechazando todas las propuestas de pacificación que se han hecho –propuestas que Hamás ha aceptado- hasta la liquidación total de los palestinos de Gaza.
Pero también doble moral es emprender el exterminio de un pueblo entero bajo la excusa de la autodefensa. Doble moral es mantener viva la llama del recuerdo de los campos de concentración nazis cuando un territorio entero se rodea con un muro y se construye el mayor campo de exterminio de la historia, encerrando en él a un millón y medio de personas y arrogándose el derecho a decidir sobre su vida y su muerte. Doble moral es repudiar el genocidio nazi cuando se hace lo mismo con los palestinos. Doble moral es lamentar el holocausto y crear uno nuevo.
Israel apela una y otra vez a su derecho a la legítima defensa, olvidando todo lo dicho más arriba y demostrando que aprendieron muy bien la lección de Goebbels de que una mentira repetida cien veces se convierte en verdad. La legítima defensa es un concepto jurídico que implica que para repeler una agresión se utilizan métodos iguales a los usados por el agresor, algo de lo que resulta muy difícil hablar cuando frente a cohetes caseros se despliega la más moderna maquinaria militar. Tal vez esté más cerca de la ley talmúdica del ojo por ojo, pero con el matiz de que el ojo de un israelí vale por los de cien palestinos, cincuenta de ellos niños.
Y por último está la actitud del gobierno de España ante el insulto y el menosprecio del embajador de Israel a un gran número de ciudadanos españoles que también tienen derecho a que su gobierno les defienda. Cuando lo normal hubiera sido, como mínimo, llamar a consultas al embajador español en Tel Aviv y presentar una protesta formal ante la embajada israelí –cosas que no hubieran sido necesarias, de hecho, si cuando comenzó la matanza se hubiera hecho lo correcto, que era expulsar al susodicho embajador- lo único que se le ocurre es decir que hay que intentar que el embajador de Israel no se sienta ofendido y no se enfade mucho y seguir cometiendo la inmoralidad de comparar a las víctimas con los verdugos. Supongo que esto es lo mismo que pensaron los gobiernos de Francia e Inglaterra cuando Alemania se anexionó Austria, y cuando invadió los Sudetes checos. Cuando atacó Polonia ya era demasiado tarde.
Y mientras tanto mister Obama sigue sin abrir la boca

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