viernes, 3 de junio de 2011

Vocación de servicio

 Dijo el señor Rajoy durante la pasada campaña electoral, y a raíz de las protestas del Movimiento del 15 de Mayo, que lo fácil es criticar a los políticos y que él, a lo largo de sus treinta años en la política lo único que había visto era vocación de servicio. En lo tocante a las críticas a los políticos supongo que nuestro flamante presidenciable se refería a la crítica que uno puede hacer con los amigos en el café, porque la libertad de expresión en este país está reducida o bien a los grandes medios, que están controlados por los poderes políticos y financieros y que jamás van a publicar una crítica que vaya más allá de algún tímido tirón de orejas y eso cuando estamos ante un hecho tan grave que no se puede dejar pasar sin hacer, al menos, alguna alusión a él, o bien a blogs como éste que no lee nadie. Sirva como prueba el tratamiento que esos medios han dado al voto, llamémosle disidente, en las pasadas elecciones. Se contabiliza como tal el voto nulo y el voto en blanco y se anuncia a bombo y platillo que serían la cuarta fuerza política del país. Pero curiosa e interesadamente dentro de ese voto disidente no se incluye la abstención. Al contrario, se anuncia también a bombo y platillo que la participación ha sido dos puntos superior a la de las pasadas elecciones. Es decir, se desliza sutilmente la idea de que la abstención no es un voto de castigo, que lo que importa es la participación y que si usted quiere protestar lo que tiene que hacer es votar –en blanco o nulo- pero no abstenerse. Pero en el pecado llevan la penitencia y lo que dejan ver es que lo que de verdad les duele a los intereses que les pagan es precisamente la abstención y por eso la marginan en un rincón de las estadísticas. Admito que el voto nulo puede ser un voto de protesta –no así el voto en blanco, aunque cada vez más se empeñen en hacernos creer que sí-. Yo, en cambio, prefiero abstenerme. Es una cuestión de compromiso personal. Mientras que nadie sabe quién ha emitido un voto nulo, y tan sólo figura que se ha votado, la abstención tiene nombre y apellidos. Se puede saber quién no ha votado porque no aparece una crucecita al lado de su nombre en la lista del censo.
 En cuanto a la vocación de servicio de la que también hablaba el señor Rajoy, echémosle un vistazo ahora que ha pasado un tiempo desde la consulta electoral y los partidos empiezan a definir sus posiciones. El PP insiste en que se deben convocar elecciones generales. El PP no se da cuenta de que, en la situación actual, una convocatoria de elecciones conduciría al país a una interinidad de gobierno, a una situación de incertidumbre que los mercados aprovecharían para ahondar más la crisis económica como están haciendo en Portugal y en Grecia. Un adelanto de las elecciones supondrá una muy previsible catástrofe económica y social y, en estas circunstancias, es preferible tener un gobierno estable –aunque sea malo- que ninguno. Esto se lo ha recordado al señor Rajoy hasta el Financial Times y demuestra bien a las claras su “vocación de servicio”: lo único que le interesa al PP es llegar al poder a toda costa y lo demás le trae sin cuidado. Llegan incluso a olvidar que con los resultados actuales de las elecciones locales no alcanzarían la mayoría absoluta –cosa que también les ha recordado el diario anteriormente citado-, hasta ese punto alcanza su afán desmedido de poder. La vocación de servicio del PP también se puede percibir en los cargos electos que han resultado de estas elecciones, la mayoría de ellos imputados por toda la gama existente de delitos económicos, desde aceptar sobornos hasta blanqueo de capitales, lo que de paso nos muestra la catadura moral de los votantes del PP, porque quien apoya a un delincuente se hace cómplice de su delito. Vocación de servicio, si, de su servicio personal y del servicio de sus cuentas corrientes.
 En cuanto a la vocación de servicio de PSOE, ahí les tenemos discutiendo entre ellos quién será el próximo candidato a presidente, repartiéndose el poder y sin pensar que lo que tienen que hacer es una reestructuración profunda del Partido, pero no de nombres, sino ideológica. Que de lo que se trata, en una organización supuestamente socialista como dicen que son, es de servir a la ciudadanía: de servir a sus intereses y defenderla de los poderosos. De buscar la libertad, la justicia y la igualdad social. Pero ya han advertido que no piensan girar a la izquierda (claro que también dijeron que no había que hacer primarias para no crear conflicto y ahora andan enzarzados con si hacer primarias o no). En eso consiste su vocación de servicio, en hacer oídos sordos a las demandas de la población y rifarse unos cuantos puestos en unas primarias (o en donde sea) que no interesan a nadie excepto a ellos. Esto es lo que tenemos y quizás sea verdad ese aforismo según el cual cada pueblo tiene lo que se merece.

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