viernes, 13 de junio de 2008

Si somos liberales, somos liberales

La idea central del liberalismo económico consiste en que el Estado no debe intervenir en la marcha de la Economía de una nación o, lo que es lo mismo, que se debe dejar libertad al mercado para que se autorregule lo que supuestamente, y entre otras cosas, determinará el precio real de los productos. No voy a entrar en si esto es cierto o no -pienso que en parte sí y en parte no- pero voy a utilizar esta definición para realizar un comentario de algunos aspectos de la situación económica actual ateniéndome exclusivamente a ella: es decir, un análisis escrupulosamente liberal.
Según la política liberal todo sector económico debe estar libre de la intervención del Estado, incluido el sector energético que abarca tanto el campo de la electricidad como el de los combustibles. En España -y en el resto de Europa- el Estado practica una política proteccionista en estos sectores considerados estratégicos, inyectando ayudas tanto a las compañías privadas eléctricas como a las petroleras y dictando en el primer caso los precios de al energía. Lógicamente estas ayudas, que salen directamente de las arcas públicas, han de reponerse para no dejar un déficit en éstas y lo hacen vía impuestos. En suma, si nos atenemos a la definición del principio, la política económica en lo que respecta a estos sectores no es liberal aunque estén en manos privadas: ayudas económicas a las empresas, imposición de precios y carga de impuestos indirectos. Por otra parte las empresas, que reclaman más libertad de mercado en otros campos no lo reclaman en éste y los discursos políticos que son liberales a la hora de hablar de salarios o de productos de primera necesidad o de horarios comerciales no lo son cuando se refieren a estos sectores.
Bajemos ahora a los hechos concretos. El primer hecho concreto es el precio de los combustibles. El precio de gasóleo de automoción ronda ya los 1,33 euros. Es indiferente ahora si este precio se debe a la subida del petróleo, a su escasez o a las prácticas acaparadoras de los compradores en Bolsa. Lo que me interesa destacar es que de ese precio aproximadamente 85 céntimos de euro son impuestos indirectos, impuestos con los que se está gravando el producto mientras el Estado sigue dando ayudas millonarias a las petroleras e impuestos que resultan necesarios al compensar el agujero de estas ayudas. Si se eliminaran estos impuestos el precio del gasóleo sería de unos 50 céntimos de euro el litro pero a su vez eso supondría que no se podría seguir inyectando dinero público en las empresas del sector. Ahora bien, esta sería una solución estrictamente liberal, solución a la que se recurre cuando los transportistas en huelga piden una imposición de tarifas mínimas (con la que no estoy de acuerdo, lo mismo que con nada de lo referente a esta huelga patronal) y el gobierno se niega porque es incompatible con la libertad de precios y de mercado, cosa que es cierta.
El segundo hecho concreto es la subida de las tarifas eléctricas. Este caso es aún más sangrante que el anterior. La energía -como ya se ha dicho- es un sector considerado estratégico. El Estado mantiene en sus Presupuestos una partida de ayuda a las compañías eléctricas y marca los precios de consumo de la energía, precios que han aumentado porque las compañías supuestamente arrastran un déficit -que es el causante de que se repartan las ayudas- mientras están marcando beneficios récord año tras año. Según la política liberal habría que eliminar las ayudas y la imposición de precios por parte de la Administración, siendo la libre competencia entre las compañías la que determinara el valor real de la energía. ¿Cuántas eléctricas estarían dispuestas a aceptar algo así?.
Mientras tanto los que se dicen liberales están propugnando la intervención del Estado para atajar la crisis, mientras que los que se dicen socialistas son partidarios de dejar que el mercado se autorregule. Que Marx y Adam Smith me lo expliquen porque yo no entiendo nada.

2 comentarios:

Julian Lopez dijo...

Estoy de acuerdo con usted en todos los puntos económicos objetivos .Subjetivamente,cuando usted habla de socialistas, pareciera que el PSOE se rige por algun pensador socialista, en cuyo caso (originariamente) sería una contradicción dentro de este sistema capitalista,o el PP tuviera otro modelo económico que no fuera el actual, sustituyendo empresas afines a unos por las de otros (aunque la mayoría sean ya intrínsecas al sistema) en las grandes actividades españolas. Lo que no entiendo es su opinión (no explicada, bien es cierto) acerca de esta huelga. No creo que se refiera al fin sino a como se esta desarrollando. Aun así, si fuera posible,agredecería una explicación al estar yo involucrado casi directamente con la misma y considerarla necesaria.
Un saludo.

Emilio Garoz dijo...

En cuanto al primer punto lo que planteo es la paradoja de que mientras el partido socialista defiende posturas liberales puras -lo cual es lógico puesto que se mantien dentro del sitema- el Partido Popular defiende posturas cercanas al socialismo cuando exige la intervención del Estado para resolver una crisis económica que, según los dogmas liberales, se debería resolver por sí misma.
En cuanto a mi postura frente a la huelga es la siguiente:
1) Considero que es una huelga patronal desde el momento en que no la convocan trabajadores asalariados encuadrados en sindicatos de clase sino pequeños y medianos empresarios. Un trabajador autónomo es un empresario, pequeño, eso sí, que posee su propia empresa que en este caso es su camión. Cuando uno monta una empresa, ya sea un camión o un quiosco de caralmelos sabe que tiene que competir. Lo que no vale es que cuando las cosas vienen mal dadas se reclame al Estado. Si bse quiere exigir algo exijamos el cambio de sistema. Mientras aceptemos las premisas generales del sistema capitalista -y no veo a nadie que las niegue- entonces hay que asumir estos inconvenientes.
2.- Se piden unas tarifas mínimas. Eso es política socialista. Tampoco entiendo por qué hay que obligar a alguien a trabajar por un precio cuando puede hacerlo por un precio más bajo. Y si las tarifas son las que son es porque en algún momebto las empresas -todas las empresas, tanto grandes como pequeñas las han aceptado-. Si ahora los precios no cubren gastos es tan fácil como entrar en el mercado y no trabajar por esos precios. Si yo me quiero hacer un chalé por mil euros los albañiles me dirán que no se puede hacer por ese precio y si alguno lo hace es que se puede hacer. Si lo puede hacer porque no tiene permisos o no cumple la legalidad entonces el problema es otro. Lo que habría que exigir es más control. Eso se llama libre competencia ¿Estarían dispuestos a aceptar tambien que el Estado les dijera dónde y cuándo tienen que trabajar o qué transportes tienen que realizar?, Creo que no y si se pide una cosa también hay que acptar la otra. Insisto, lo que no vale es quejarse al gobierno cuando las cosas vienen mal dadas
3.- Los precios del combustible están por las nubes, es cierto. De eso la culpa -o al menos la mayor parte- no la tiene el gobierno. Entendería que se pidieran ayudas fiscales, rebajas de impuestos, no solo para los transportistas, sino para todos los usuarios. Porque alguien podría pensar que también utiliza el coche para trabajar y exigir justamente que se aplicaran las mismas rebajas.
4.- En suma, considero que esta es una huelga que la convocan pequeños burgueses que cuando les ha interesado se han acogido a la política liberal y que cuando esa política se los ha comido, como no puede ser de otra forma porque no pueden compertir contra las grandes empresas, exigen al Estado que les salve los muebles. Y el Estado no tiene ninguna obligación de hacerlo. Y por supuesto, considero que hay otras formas de protestar que haciendo un chantaje a la sociedad en su conjunto y utlizabndo la violencia de forma indsicriminada.