viernes, 24 de diciembre de 2010

Cultura y propiedad

 En todo este asunto de la tan traída y llevada “propiedad intelectual” hay dos cosas que me chirrían, que no acaban de encajar dentro de mis estructuras conceptuales. La primera es el concepto mismo de “propiedad”. Entiendo que cuando se hace referencia a la “propiedad intelectual” no se está aludiendo a la autoría de una obra. Cervantes es el autor del Quijote y Beethoven de la Heroica, aunque jamás cobraran ni un euro en concepto de derechos de autor. Robar la autoría de una obra tiene un nombre: se llama plagio, y existen mecanismos legales que lo persiguen y lo castigan. Así, que en este contexto, el término “propiedad” sólo puede entenderse desde una organización social capitalista. Es decir, como aquella propiedad que genera beneficios y capital: propiedad privada. En este sentido, el supuesto robo de la propiedad intelectual no lo sería del trabajo de un autor, de su obra –no sería un plagio- sino sólo de los beneficios que genera, beneficios que no redundan en beneficio de la sociedad, cosa que sólo haría –en su caso- la obra que, como ha quedado demostrado, no es robada en ningún caso. Entiéndase bien: en un orden capitalista cada uno se gana la vida como mejor le parece –de ahí que la ley que supuestamente defiende la propiedad intelectual se encuadre dentro una ley de Economía Sostenible, y algún día comentaré como la Economía Sostenible no es nada progresista, sino más bien una necesidad del capitalismo-. Que no se diga, entonces, que defender un beneficio económico es defender la Cultura.
 Y aquí entro en el segundo concepto que no me acaba de encajar: la idea de “cultura” que se está manejando. En primer lugar, y como lo más evidente, sería muy discutible que ciertos discos que se editan, ciertos libros que se publican o ciertas películas que se proyectan pudieran ser calificadas como Cultura en ninguna de las acepciones del término. En segundo lugar, yo les recomendaría a nuestros “creadores” que fueran un poquito más modestos y no se crean la personificación de la Cultura. Les puedo asegurar que ésta no se va a ver afectada porque dejen de escribir o de tocar la guitarra. En el fondo, todo está inventado ya. En tercer lugar, y fundamentalmente, la Cultura, para que sea tal, tiene que permeabilizar toda la sociedad, tiene que llegar a todos los ciudadanos para cumplir su función definitoria de dignificación y desarrollo humanos. Mucho me temo que esto es lo que pasaba por la cabeza de Kant cuando escribió la Crítica de la Razón Pura o por la de Goya cuando pintó Los fusilamientos de la Montaña de Príncipe Pío, y no el hecho de obtener un beneficio económico. Si se le pone precio a la Cultura se está cercenado esta posibilidad de universalización, se la está “desculturizando”. Sería interesante que nuestros autores, que son tan “cultos”, releyeran a Tomás de Aquino, que en el siglo XIII comprendió que la Cultura, para que fuera tal, tenía que salir de los claustros de los conventos y llegar a las Universidades –de “Universal”-. Resulta curioso como todos los que hablan de la “propiedad intelectual” como defensa de la “cultura” no se han pronunciado al respecto de la anunciada privatización del ISBN, lo que sin duda aumentará el precio de los libros y hará que la Cultura llegue a menos gente pero, eso sí, engordará sus bolsillos. En este sentido hace mucho más por la Cultura una editorial virtual que permite descargar gratuitamente –que las hay- una obra que todos los defensores de la “propiedad intelectual” juntos. Con respecto a los herederos que no son capaces de juntar dos palabras seguidas pero viven a lo grande gracias al talento de sus bisabuelos o a los artistas que se consideran atracados mientras disfrutan de sus mansiones en Miami para no pagar impuestos, mejor no hablar.
 En suma, que todo esto no es más que una protesta gremial -apoyada por una Ministra de “cultura” que pertenece al gremio y por un Gobierno que tiene que devolver favores- para defender sus garbanzos. Están en su perfecto derecho de hacerlo, pero, por favor, que no engañen a nadie hablando de Cultura.

1 comentario:

Espe dijo...

A mi me hizo gracia enterar de que González-Sinde, antes de ser Ministra de Cultura fue guionista de "Mentiras y Gordas" no sé que habrá de bulo, pero me resultó gracioso.

Solicito el ingreso de mi blog en le paartado de alumnos de tu web, no es de filosofía ni soy tu alumna, pero un día lo fui!

http://elgatitodeschrodinger.blogspot.com/