martes, 26 de julio de 2011

Amén

 Si la memoria no me engaña uno de los mandamientos de la ley de Dios dice “no levantarás falso testimonio ni mentirás”. Ya estamos acostumbrados a que la Iglesia Católica se pase los mandamientos en los que se sustenta por el forro de la sotana –quizás de ahí venga su empeño en hacernos pensar que todos somos pecadores: cree el ladrón que todos son de su condición-, pero la inminente visita de su jefe a España para dar unas cuantas misas para sus jóvenes cachorros y criticar, de paso, ese laicismo corruptor que nos invade ha dado pie para que suelten unas cuantas mentirijillas más. La más llamativa de todas quizás sea esa que tanto ha circulado por los medios de comunicación afines a romano pontífice, según la cual la susodicha visita no va a costar ni un euro al erario público. Ya sabemos que el conocimiento es el mayor pecado que puede cometer el ser humano –es pecado de soberbia- y que a Eva se la condenó por comer el fruto del árbol de la ciencia –a Eva que no a Adán: a ese el árbol de la ciencia le traía al pairo-, pero todavía quedamos algunos que sabemos por lo menos leer. Y sabemos por ello que desde el momento en que existe una desgravación fiscal desde hace unos cuantos años por contribuir al viajecito del Papa éste ya le está costando dinero al Estado, que somos todos: católicos, ateos y rastafaris si los hay. Por otro lado, todo el aparato de seguridad que se va a desplegar durante los fastos no se paga con novenas ni con jaculatorias, sino con dinerito contante y sonante que sale de los bolsillos de todos los contribuyentes. Hay alguno, incluso, que se ha a atrevido a insinuar que al ser el Papa un Jefe de Estado hay que darle a la visita el rango de visita de Estado, con los gastos que ello conlleva. Eso estaría muy bien si viniera a reunirse con nuestros dirigentes políticos y a tratar temas de política internacional, pero no si viene a reunirse con unos cuantos amigos, que es lo que va a hacer. En ese caso es una visita privada y es él, o sus amigos, los que la tienen que sufragar.
 De todas maneras todo esto es predicar en el desierto. Ya sabemos que la Iglesia es la Iglesia y que cuando un Obispo abre la boca todos los políticos se ensucian los pantalones. Por eso, aunque este sea un Estado laico –supuestamente- se sigue manteniendo el anacronismo de una clase de religión en los colegios públicos –que a esa no le afectan los recortes educativos-, la Iglesia se dedica a inscribir a su nombre propiedades que no le pertenecen desde las desamortizaciones del siglo XIX, aunque Franco antes y algunos jueces ahora hagan todo lo que puedan para corregir la situación –que al menos es de esperar que paguen sus impuestos por estas propiedades como todo hijo de vecino- e incluso en la última prueba de Selectividad en Madrid el ejercicio de griego era un fragmento del Evangelio de San Lucas, que no digo yo que no estuviera en el temario, pero me parece que hay escritos en griego más “clásicos”. Así que amén

1 comentario:

evitadinamitainsaneinthebrain dijo...

Una cosa muy interesante es, que si tanto cree en dios (y lo pongo en minúscula porque sí), ¿para qué lleva tantos escoltas y un papamovil con un cristal blindado de 7cm?¿Acaso su dios no es lo bastante poderoso? Vamos que no se lo cree ni el...

Bueno te traigo aquí un chistecillo de filósofos, muy malo por cierto, pero bueno un toque de humor no viene nunca mal: ¿Quién fue el filósofo mas rápido de la historia?

R: Huuuuuuuuuuuuume.