No existe el arte degenerado. Todo arte,
para ser arte, tiene que ser degenerado. Tiene que mostrar la realidad que se
quiere ocultar, la realidad puramente aparencial, insoportable, que trata de
ocultarse tras una tranquilizadora realidad esencial. El arte no es, no puede
ser, tranquilizador y, menos que nada, tranquilizador de conciencias.
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