viernes, 15 de octubre de 2010

Educación

 Es curioso como los problemas sólo se convierten en tales cuando salen por televisión o afectan a los que gobiernan. Me refiero, en concreto, a la repentina preocupación que le ha entrado a todo el mundo por el respeto o la educación, o más bien por la falta de respeto y la mala educación, cosas estas que cualquiera que coja el metro todas las mañanas puede comprobar en sus propias carnes.
 Es tal la preocupación que incluso la Comunidad de Madrid ha iniciado una campaña publicitaria pidiendo respeto para los profesores, que son precisamente aquellos que supuestamente tienen la función de educar. Dejando aparte que el respeto no se consigue pegando carteles en las paradas de autobús, que la campaña de marras es una payasada, con una supuesta aula pintadita, nueva y sin goteras –vamos de esas que no existen, al menos en los centros públicos-, donde aparecen unos modelos que se hacen pasar por profesores, como en las series de Antena 3 (y a los que para que parezcan más creíbles les han colocado una bata a la una y un bolígrafo al otro) y que la primera que no respeta a sus profesores es la propia Comunidad de Madrid imponiéndoles unas condiciones de trabajo infames, la filosofía de la campaña es fallida. Porque lo que hay que respetar la Educación en sí misma. Y eso es lo que no hace la Comunidad de Madrid ni el Gobierno español, que en lugar de educar (formar ciudadanos libres y autónomos) sólo se preocupa de crear masas ignorantes que trabajen sin protestar, obedezcan y no molesten.
 De lo que parece que no se dan cuenta es de que así se corre el riesgo de que esas masas incultas, creadas por el Estado, se vuelvan contra él, precisamente gracias a esa ignorancia que tanto celo se ha puesto en inculcarles y en la fiestecita nacional les de por silbar al Presidente de Gobierno y a todo bicho viviente. Si bien es cierto que a todos los silbados, insultados y abucheados les está bien empleado porque este desfile ya hace mucho tiempo que no debería de existir, lo que está pasando es que se están recogiendo los lodos que sembraron los polvos de su política educativa. Un cerebro vacío es un campo abonado para que Intereconomía siembre sus semillas. Y eso no se arregla con protocolos que impongan la buena educación.
 Pero hay otras formas menos llamativas de falta de educación y respeto. Como cuando el señor Díaz Ferrán dice que para salir de la crisis hay que trabajar más y cobrar menos; él, que es un estafador que ha arruinado a sus empresas y ha dejado en la calle a sus empleados y en tierra a sus clientes. Un individuo que debería de estar en la cárcel y no diciendo sandeces en los medios de comunicación. O como cuando Esperanza Aguirre dice que es admiradora del Tea Party, porque propugna“ menos impuestos, menos Estado y más patriotismo” y se olvida de que este movimiento también defiende la segregación racial y el encarcelamiento de los inmigrantes. De todas formas hay algo que parece bastante obvio, pero que parece que nadie ve: y es que la mala educación solo se elimina con la Educación.

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