martes, 5 de octubre de 2010

Tontos malos y buenos listos

 Los que veíamos películas de pequeños sabemos que todos los malos son tontos, quizás como una hipostatización de la idea socrática de que el que hace el mal es porque ignora el bien. Cuando nos hicimos mayores aprendimos también que los Estados suelen fabricar cortinas de humo que oculten aquellos problemas que les pueden poner realmente en aprietos. En la película de la crisis que vivimos hoy en día en España se han juntado unos malos muy tontos y un Estado (Gobierno, partidos y medios de comunicación) muy listos que no tiene más que aprovecharse de la estulticia de los primeros. Y entre todos han creado la cortina de humo perfecta.
 Hacía ya tiempo que el terrorismo había dejado de ser una preocupación prioritaria para los españoles. Un vistazo objetivo a la realidad del país bastaba para ver que ETA llevaba mucho sin hacer de la suyas, pero sin embargo el número de parados aumentaba cada vez más, los salarios bajaban y las condiciones laborales empeoraban, mientras que las empresas y los bancos seguían obteniendo beneficios.
 En estas llegaron los malos tontos y se les ocurrió –posiblemente porque ya nadie hablaba ni se preocupaba de ellos- plantear una tregua. Y allá que se lanzaron como lobos todos los poderes del Estado que vieron la oportunidad perfecta de dar la vuelta a los barómetros y las encuestas de opinión y hacer que el terrorismo volviera a ser la preocupación número uno: son las encuestas las que crean la objetividad de la realidad. Todos los regímenes totalitarios saben que la mejor manera de que una nación se aglutine en torno a sus dirigentes y olvide la incompetencia y el mal gobierno de éstos es crear un enemigo. Aquí lo teníamos en la trastienda hasta que él mismo ha decidido salir a la luz.
 El caso es que desde la famosa declaración de alto el fuego de ETA todos los días han ido apareciendo noticias nuevas relacionadas con el asunto: detenciones, registros o sucesos varios que poco a poco han ido arrinconando a los acontecimientos relacionados con la crisis económica. Yo, que soy muy descreído, no creo que sea una casualidad que el mismo día de la huelga general fueran detenidos dos miembros de ETA. Lo mismo que no creo que sea una casualidad que ayer, que se anunció un nuevo aumento del paro a pesar de esa reforma laboral que iba a ser la panacea que solucionara todos nuestros males económicos, los dos detenidos hayan confesado a un juez que fueron entrenados en Venezuela. Aquí tenemos a otro enemigo malo que puede participar de la fiesta. Pero parece ser que ese enemigo malo es un poquito menos tonto que los otros y ha decidido negar las acusaciones de los dos terroristas detenidos. No digo yo que el señor Chávez sea un tipo que ofrezca mucha confianza, pero tampoco me parece a mí que las confesiones de dos asesinos (tontos) sean muy fiables. Siempre será más merecedora de crédito la palabra de un Presidente de un país que la de dos criminales o si no pronto acabaremos dándole la razón a Bin Laden. Y aunque así no sea, lo que no vale es prestar oídos a las palabras de los delincuentes sólo cuando nos interesa. Esto va por todos los medios de comunicación que han reaccionado de forma histérica a la declaración institucional del Presidente de Venezuela (otra forma de espesar la cortina de humo) y a las de su embajador en España, que sugiere que la confesión de los etarras ha sido obtenida bajo tortura, algo que, teniendo en cuenta la tradición de limpieza democrática de nuestra Guardia Civil y nuestras Fuerzas de Seguridad, tampoco resulta excesivamente increíble. Así que, mientras tanto, es esas estamos: entre unos malos muy tontos y unos buenos demasiado listos.

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