martes, 14 de junio de 2016

Historia y política

Además de los anuncios sentimentales en TV y los debates monologados, en las campañas electorales serían convenientes, si no obligatorias, las lecciones de historia, al menos desde el siglo XVII en adelante, la época moderna, nuestra época –aunque algunos no se lo crean-. Así, entre otras muchas cosas, se podrían desvanecer todas las apariencias y se desvelarían muchos velos: se vería que lo que parece nuevo es más bien antiguo; se vería que lo que parece una cosa es en realidad su contraria o se vería que lo que se puede hacer ya se hizo y lo que se puede ya fue y se extinguió porque la realidad de lo posible resulta probemática cuando se hace real. Nos ahorraríamos así tiempo y dinero, amén de disgustos.

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