Tendemos a confundir la maldad moral con
la enfermedad mental. Así decimos que los tiranos -Hitler, Stalin-, estaban
locos. Y no estaban locos. El tacharles de locos, el convertirlos en locos es
eliminar su responsabilidad moral, eliminar su elección libre. Lo que hicieron
lo hicieron porque lo eligieron libremente, no porque una enfermedad mental los
obligara a hacerlo. Es fácil autocalificarse como loco y es fácil eludir la
responsabilidad. Pero los más peligrosos no son los locos.
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