Tradicionalmente se ha considerado que
los individuos libres se unen en sociedades para evitar los peligros, los
perjuicios o las incomodidades que supone el vivir aislados, fuera de la
sociedad. De esta manera el individuo se obliga de alguna forma con la sociedad.
Esta concepción que surge del individualismo paradójicamente va a ser la que se
utilice contra el individualismo: el individuo vive en sociedad y debe de vivir
en sociedad porque es la sociedad la que le protege. Lo que habría que tener
hoy en cuenta es que esos peligros, esos perjuicios, esas hostilidades que
antaño acechaban al individuo fuera de la sociedad hoy en día lo hacen desde
dentro.
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